Probablemente la padezcas o tienes algún familiar o amigo con esta enfermedad. La queratosis pilaris o comúnmente llamada “piel de gallina” son esos molestos puntitos de color blanquecino o rojos que aparecen en la cara externa de los brazos, espalda, glúteos y/o muslos que hacen que la piel se sienta áspera al tacto. En ocasiones existe algún familiar que también la presenta. Es más común presentarlo durante la adolescencia o en adultos jóvenes.
Se produce por retención de queratina alrededor de cada apertura folicular y erróneamente la gente la confunde con acné. El peor error de muchos pacientes es intentar pellizcarlos o exprimirlos ya que producen más enrojecimiento y ocasionan múltiples manchas las cuales dejan marcas que pueden persistir durante meses.
Esta condición puede presentarse en pacientes que padecen dermatitis atópica, éste es un padecimiento caracterizado por pérdida acelerada de agua a través de la piel debido a que la barrera lípidica de la piel esta alterada. Por ello, estos pacientes tienen la piel muy seca y padecen con frecuencia eccemas y comezón.
El tratamiento de la queratosis pilaris es a base de sustancias que remuevan la queratina conocidas como queratolíticos como la urea, ácido láctico o ácido salicílico. Estos elementos a diferentes concentraciones disuelven la queratina que esta adherida, devolviendo la suavidad a la piel. Sin embargo, es importante complementar este tratamiento con cremas emolientes. Es importante que sepas que la queratosis pilaris es un padecimiento cosmético, que no se cura pero sí se controla, por ello es importante la aplicación diaria de emolientes y aplicar con frecuencia sustancias con propiedades queratolíticas para mantener controlada esa “piel de gallina”.