Este padecimiento se le conoce como “pseudofoliculitis de la barba”. Son esos molestos granitos (pápulas) rojos abombados en los que se observa un vello en el centro, lo que da la imagen de “vello encarnado” y que aparecen en la zona de la barba y bigote. También pueden aparecer en otras zonas vellosas del cuerpo como las axilas, región inguinal y púbica, por lo que las mujeres también pueden verse afectadas. Afecta más frecuentemente a hombres de raza afroamericana, con barba muy densa o vello rizado.
Suele llamarse también como “foliculitis traumática de la barba” o “razor bumps” debido al traumatismo de los vellos que se produce durante tu rasurado (rastrillo, maquinilla o pinzas). El rasurado cercano de vellos rizados ocasiona que éstos se reintroduzcan dentro del folículo que lo contienen y se enrosquen durante su crecimiento. Y este “vello encarnado” produce una reacción de tipo cuerpo extraño, como si tuvieras una astilla o espina enterrada en la piel, en la que existe inflamación localizada, provocando el color rojizo de las lesiones y, a veces, que tengas la sensación molesta de dolor y comezón.
Según su intensidad puede ser un simple problema cosmético. Lo que NO debes hacer, es pellizcar o arrancar lo vellos, ya que puede empeorar el problema con el riesgo de producir infección bacteriana localizada, abscesos y cicatrices.
El tratamiento consiste en compresas tibias y aplicación de cremas emolientes para aliviar la inflamación. Si no tienes mejoría con ello, puede que exista infección localizada, si este es tu caso es necesario acudir con el especialista dermatólogo para valorar la necesidad antibioticoterapia.
Los cuidados que puedes practicar para prevenir este problema incluyen:
Evitar rasurar zonas irritadas de la piel
Antes del rasurado: ducharse, aplicar compresas húmedas tibias durante unos minutos en la zona a rasurar para blandar el vello
Usar gel espeso de afeitado
Usar un rastrillo o afeitadora que corte el vello por encima de la piel
Rasurar en la dirección que el vello crece
Evitar pasarse muchas veces la afeitadora
Después del rasurado: aplicar cremas emolientes